viernes, 7 de enero de 2011

CARTA PARA UN MOMENTO AIRADO



Sobre el remanso de tranquilidad                            
Descansa el sol de tu presencia,
Diáfanos colores de tu fuerza interna
Profundidad de la vida, contigo compartiendo.
Resplandor de tu corazón que venero,
Desde aquel día en que me crucé en tu camino…
Aunque es cierto, a veces caminamos
Entre las nubes de varios coloridos,
Llovizna,  aguacero, ciclón o ventarrón…
En el cielo de la casa, siempre queda una luz dorada.
Brillo de esperanza que calma el mar de marejadas
Y perezca la lava de tu enojo o la profundidad de tu tristeza.
Qué ahonda el abismo del orgullo y tirano nos separa
-Entre tu mundo prestado y mi planeta rentado-.
Más como la tierra es verde ante el ojo humano
Espero el final de la lluvia para que escampe
Y un cielo de sonrisas me obsequies como si nada,
Tomarte suavemente para mi sed de desierto,
y destruir la distancia entre el infierno de no tenerte
Y la gloria de encontrarte entre mis brazos...
Sí, en ocasiones propicio la nieve de los montes
Y tus pies desplazas en la base del témpano de hielo…
Aunque no soy perfecto, te prefiero junto a mí…pero,
Ten a tu lado algún artilugio que tempere la aurora de tus besos,
Y un vuelo de nubes adorne la bóveda de nuestros cuerpos.
Porque la tarde llega lentamente con tonos bellos.
  En su momento, el tiempo cobra su factura                            
Y quizás entonces,  te des cuenta
De haber evitado algún fracaso, por no querer abrir
La coraza del corazón que idolatro...
Si fuerte es el resplandor que ocasiono, y negativo se refuerza,
La pasión de la ira, que descompone la enfermiza cresta
De nuestra actitud en cada momento ciego…
Entonces… Sí  te llevo entre mis huesos
Quisiera que mirásemos algunos relieves del horizonte….
En ocasiones diques de agua, otras veces cascadas que rompen
El llano de la virtud de los valores compartidos
En nuestra pequeña morada que construimos juntos…
Sí, también en nuestra vida construimos cascadas bellas
Que se descuelgan con las medidas que deseemos.
Mientras el aluvión lo permita, ellas serán hermosas
Como cada mañana que caminas conmigo
Bañados con sus aguas cristalinas y tersas.
Y sientas un islote construido en medio del mar de la vida.
El agua sube y baja como termómetro de la felicidad.
Nube que juntos desplazamos en el relieve diario.
Espero que des -cuantas veces sea necesario-
Tu tolerancia, tu verdad y tu amor.
Somos otra historia del universo, desde el día que nos entregamos.
Y en el libro de la vida se inscribieron nuestros nombres.
…Que sí el cielo cambia de color y el suelo alberga
Algún tesoro de agua nieve, toma en cuenta que de ella
Sentimos una extraña luz de su belleza... y como la luna
Desde sus aposentos mira,  este celeste cuerpo de la tierra,
A nosotros nos regala el umbrío de la montaña.
La montaña se mira majestuosa bajo el fondo de su paso
Y todo se valora en medio del relieve que impide nuestros pasos…
Y para que te lo sepas…mis mayores me dijeron…
Siempre existe alguna vereda que conduce hasta tu corazón dorado.
Tal vez, ubicado sobre la cuesta que obligue
A llevar un arnés y una soga para no morir en el intento…
Tal vez, en el ocaso de mi vejez acompañado de tu mirada.
Con orgullo exprese que  conozco tus secretos  entre mis manos
Tal vez, extraiga fuerza de los árboles que eclipsan el paisaje
De mis ojos, no me importa, siempre quedan claro-oscuros de la vida.
Y si no, pregúntale al astro sol, cuando en  esfera se convierte
Y lentamente se retira a descansar entre el agua del inmenso mar.
…Desde aquí, el horizonte inspira… pero,
¿Qué pensará el sol con su única pupila y mirar el camino que deja
atrás,
Cuando cansado se retira a su aposento para el nuevo día?
Imagino y quiero pensar que renueva sus bríos e impetuoso, vuelve a
brillar.
Y otra vez, su energía empieza a colorear
Cada rincón de la tierra sin discriminación…
Mujer, sí tu eres mi sol, porque no perdonar;
Si tu eres mi sol ¿Por qué tus enojos se prolongan con ocasional
intensidad?
Sí tu eres mi sol alumbra mi camino sin descansar
Porque sólo tengo un corazón para adorarte,
Y no me importa el relieve con que vistas,
Al  final,  mi corazón lo tienes sin condición.
Y rendido a tus pies, brilla más intenso todos los días.
Duerme tranquila, mientras hago guardia en tu despertar.

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