viernes, 7 de enero de 2011

Sobre el talud de tu hermoso cuerpo

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Develar  tu  paisaje
De silvestres margaritas
Se conjuga la primavera y verano en tus parcelas.
Abetos enraizados resguardan
La cima de tus promontorios...
Brazas, sienten mis profanas manos
Al recorrer tus acres perfumados.
Lavanda hechicera!
Altas  tus montañas!
Un placer montarlas
Adivinas mi deseo. 
A cambio entregas el talud de tu cuerpo
Procurando mil caminos 
Brotan tus húmedos suspiros.
Erotismo líquido y mil espejismos.
Avasallan mi alma.
Estoy  prisionero. Extasiado.
Entre la  fuerza de tus vientos. Pero me sostengo y
Corro  a tu  acantilado misterioso,
Níveo,  perenne, como el sabor de mandarinas
Elásticos como la miel.  Y termino atrapado como larva,  callado por tus coros
Que aroman cada centímetro de tu piel. Tu piel huele a nueces con delicias indescifrables, 
Entonces. Mírote  como diosa y...eriales ardientes son tus estaciones.
Vaivén que circunda como  barca solitaria...
Mar...que  detiene la  mirada,
Invitación sobre tus olas rugientes, delicadas y, única trampa de mis bienes.
Cada molécula que compone tu cuerpo
Alberga un paraíso desconocido. Por tanto,  formo mis árboles
Y en  tu bosque escondo mis anhelos
Procuro que mis aves te despierten con sus trinos
Y mis leños tapicen el color de tu mirada,
Y con mis armas el paraíso de tus sueños
Que luego intento  trazar en panfletos
Pues me fascinas cuando te quedas quieta...
Te imagino soñando en el valle, en el cielo o algún otro paisaje terreno...
Y corro y llego hasta allí, para robarte. Otro momento
Pero si no es así. Entonces desde mi taburete
Te compongo versos. Que luego recito a tus noches de fiesta .
Hago cascadas, para que  bajen por tus incógnitos perfumes 
Y detener el paso en algún lago, mar u océano que tu procures
Con ímpetu de tu lluvia diaria; del trajín de tus campiñas
De tus perspectivas de corolas, esas que inspiran mis pintores
...Y un velero de caricias resguarde tus aposentos
Sobre el velo de las sombras y surcar nuevos horizontes, crepúsculos y amaneceres
O simplemente  él irradio de tu cuerpo con su campo de colores solitarios.
Extasiado cisne que conjugas tus paraísos...
Bajo el cielo cobalto y el tierno verde de tus praderas
Eres un fondo de dorado fuego sobre las sábanas de mi cama
Rojo intenso, capaz de procurar el sudor de mi cuerpo...
Y tu boca diciendo. No tengo prisa de amarte despacio
Entonces dejo mis pensamientos  alegres con la niña de mi embrujo.
Pues que importa estar desahuciado, loco o alineado.

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